ZI RESIDENCIA Quién puede vivir en esta casa?

EDICIÓN 2009

Ola Khalidi y Diala Khasawnih / Ernesto Bonato y Marina Pereira Faria / Gabriel Chaile / Nicolás Balangero / José María Churruarín / Ruth Viegener / Cecilia Mandrile / Alejandra Mettler y Ana Vogelfang / Claudio Bar

La segunda edición de Quién puede vivir en esta casa?  abrió sus puertas el 18 de Octubre de 2009 en el “Open House 09”. Este año la casa se convirtió en un espacio de consulta, producción y reflexión, convocando así a artistas locales, del interior del país e internacionales a realizar intervenciones en la casa y en el entorno, para establecer un diálogo entre artistas, elementos contextuales de la casa y el barrio.

La Casa recibió constantemente Arte por correo (Mail Art) y donaciones para su biblioteca y videoteca orgánicas, ampliando así su centro de consulta. El taller de arte para niños, a cargo de Gabriel Chaile ,“Pequeños Aprendices”,  siguió creciendo y también realizó intervenciones en el barrio. La Huerta sorprendió por su ubicación en la vereda de la casa como un símbolo de confianza e integración, además de manifestar la intención de vivir, estar y permanecer en el barrio.

Invitamos a Aníbal Buede a la casa para presentar Casa 13, la residencia más antigua de Argentina, para analizar, través de esta experiencia, las diferentes problemáticas de gestión y relación con el contexto dentro de una residencia.

Edición 2009 · Open House

Ola Khalidi y Diala Khasawnih (Amán, Jordania) prepararon comidas típicas de su país y las compartieron con quienes se acercaban a la casa. Estas prácticas relacionales quedaron documentadas en las paredes de la cocina y en un libro con recetas, fotos, dibujos y sugerencias. Además impartieron clases de danza árabe que dieron sus frutos en fiestas que ellas mismas organizaban.

Ernesto Bonato (San Pablo, Brasil) llevó a cabo dos proyectos paralelos. Por un lado y con su fluida técnica de dibujo, retrató a los vecinos, animales y casas de la zona, recuperando la belleza de los cuadernos de viaje de muchos artistas de siglos pasados. Por el otro, invitó a los niños del lugar a construir y remontar barriletes con retratos de personas que conoció en su país, para luego hacer lo mismo con niños de Brasil y retratos de vecinos de San Fernando.

Marina Pereira Faria (San Pablo, Brasil) combinó sutilmente texto y dibujo. Creó una bandada de pájaros de papel de colores que transportaban en sus picos melancólicas y efímeras poesías que invadieron la casa y amenazaban con el retorno de lo que creíamos olvidado.

Gabriel Chaile (Túcuman, Argentina) aprovechó el volumen de su cabello para realizar una acción muy particular. Embebió su pelo en acuarela negra dentro de la casa y luego salió a recorrer los lugares que frecuentaba en el barrio. Durante el camino, la tinta que chorreaba iba dibujando y marcando territorio.

Nicolás Balangero (Córdoba, Argentina) propuso a la gente con la que se relacionaba habitualmente un intercambio de viejos dibujos suyos por cosas que eran necesarias para la casa. Recibió así tazas, cubiertos, toallas, vasos, un termo y otras cosas que quedarán en la casa para el uso de futuros residentes.

José María Churruarín (Villa Jardín, Argentina) el vecino de enfrente de la casa y artista autodidacta, expuso pinturas de caballos y autos viejos en los estantes de la Biblioteca Orgánica.

Ruth Viegener (Bariloche, Argentina), colaboró con la videoteca y el televisor de la Casa contó Mitografía, la historia visual de una caña colihue que, por circunstancias externas y extremas, se ve brutalmente separada de su colectivo. La caña, llena de cicatrices que recuerdan, elige a la Casa como nuevo entorno para echar raíces.

Cecilia Mandrile (Nueva York, Estados Unidos), dio continuidad a su proyecto Sombras Desplazadas. La Casa invita a la permanencia y se presenta como un perfecto Hogar de Retiro para la muñeca que siempre la acompañó en sus viajes, testigo solitario, protagonista de sombras.

Alejandra Mettler (CABA, Argentina) trabajó con a los niños del taller que funciona en la casa. Les acercó su proyecto “Banderas Unidas” y juntos tejieron abrigos para los árboles del barrio, generando en todos los vecinos conciencia sobre la necesidad de cuidar la naturaleza. 

Ana Vogelfang (CABA, Argentina) realizó un mural de grandes dimensiones en el patio. Durante una semana, entre charlas al sol  con amigos viejos y amigos nuevos, desplegó pinceles y colores –tratando de dejar una estela, una marca mutante, un habitante permanente. Pintar la casa, dejar una huella.

Claudio Bar, (Villa Jardín, Argentina) artista y chocolatero, hizo dos relieves hiperrealistas en chocolate.